Maratón de Sevilla 2011, pude contigo

Pues ya está. Hice mi primer maratón. Al cabo de 2 años y medio de empezar en esto, creo que era el momento. Así fue, varias medias, varias carreras populares de diferentes distancias y muchos, muchos kilometros, me permitieron tener confianza para afrontar este reto.
De todas las veces que pensaba en hacerla, jamás pude llegar a imaginar lo duro que puede llegar a ser, el sufrimiento que padeces cuando te sobrevienen de repente los problemas en carrera. Pero la sensación de llegar, y de ver que has sido capaz de poder con él, no tiene precio.

Entré al tunel despues de cruzar la meta, con la toalla sobre los hombros y las piernas destrozadas, devoré no se cuantas naranjas... estaba hecho.

Un voluntario me quitó el chip y tras plantarme delante del guardarropas, con la fuerza justa para señalarme el dorsal indicando mi numero, cogí la bolsa y para la ducha. Un trajín de gente iban y venía, con la cara desencajada, abrazos y palmadas, sonrisas complices...

Al fondo del vestuario me llama Victor, con los brazos en alto, sonriendo de oreja a oreja. Nos abrazamos y me senté en el suelo. Estaba deseando saber que había hecho, iba superpreparado y se lo había currado mucho. Este tío no ha perdonado ni un km del plan, además de meterse un tute de gimnasio y cuestas, y cuidarse como un profesional... pues ahí está el resultado, 2h53. Espectacular.

Al rato viene Rafa, que grande, otro abrazo, me cuenta que ha hecho 2h59. Hizo una gran primera media, pero en el 22 se lanzó demasiado pronto, y se desfondó, sufrió una pájara en los km finales. De eso aprenderá para la próxima.

Y yo, pues hice mi carrera. Sabía que podía hacer las 3 horas, pero no me atrevía a decirlo. Eso si, ya en carrera me di cuenta de que lo tenía que intentar, que era el momento de tirar de esos entrenos a las 6 de la mañana, de esas series, de los rodajes infinitos los domingos por la mañana. Ahora o nunca.

(ahí va la foto del km 37)

La mañana empezó a las 5.50, mejor dicho a las 5.30 cuando me desperté despues de haber dormido del tirón desde las 12 de la noche. La cena había estado genial, había invitado a mi casa a todas las "muelas voladoras" con sus parientas y chavalerias. Hicimos nuestra particular cena de la pasta. Tras desayunar 2 tostadas con jamon de york y mermelada y un buen café, me visto y para la calle. Me recogen el padre de Rafa y Victor. Estaba ya de subidón. Recogemos a Rafa y rumbo para Sevilla. Charleta en el coche de no se que historias. Rafa y Victor se desconectan, y el manacher y yo nos enzarzamos en un debate de...política!!! vaya telita, a las 7 de la mañana liaos con el ZP y su puta madre... a la altura de Ecija, me doy cuenta de que estos se están quedando sopa y los despierto. Pero vamos a ver, a que ritmo vamos a ir, sensaciones, pegoletes, vamos, vamos espabilar!!! ... y parada en no se donde para mear. Un frío del carajo. Estamos colgaos, un domingo, madrugón y encima nos esperaban 42 km de zapatazos.

Llegamos a las 8 en punto al estadio, aparcamos sin problemas, y nos dirigimos a la entrada. Aun no nos dejaban pasar. Entramos al vestuario, tras ver de refilón el arco de meta... los pelos de punta. Eramos los primeros en entrar, y de pronto tras soltar las bolsas, primer sprint. Victor y yo nos hacemos una serie de 10 metros a 3.20/km para ver quien cogía el bater primero...jaja, el caso es que no hizo falta porque curiosamente, había 3 libres. Y ahí estamos, las muelas voladoras descargando en equipo, diciendo chorradas. Aproveché la soledad del momento para poder relajarme y darme cuenta de donde estaba, de lo que ibamos a hacer. Me vino bien. Nos vestimos y dejamos la ropa.


De camino al guardarropa, nos metemos con Victor y su bolsa del Rolland Garros, que monstruo no se que metió ahí pero la tenía hasta la bola. Tras dejar las cosas otra visita el wc. Me viene bien, parece que es un sitio tranquilo para relajarte. Entre unas cosas y otras, nos dan las 9.10, los nervios a flor de punta, salimos a la pista.

Impresionante ver las gradas. Trotamos, andamos, nos abrazamos... y aparece el manacher, que grande. Lo que no consiguen ni los entrenadores acreditados, el lo hizo. Se coló en la pista para echarnos fotos. Un crack.

Andando por ahí buscando un sitio para la ultima meadita, una mano me para, el gran Antonio Lay de Los Palacios (he acertado no?), nos abrazamos y charlamos lo justo. En un wc portatil, esperamos al lado de un tío disfrazao de Spiderman, la pedrá que tienen algunos...

Terminamos y para la pista. Nos arremolinamos en un lateral de la salida. Veo a Martín Fiz con la pistola para dar la salida. Ultimo abrazo a Rafa y Victor, suerte para todos.

Dan el tiro... subidón, ha llegado el momento, este es mi momento, empieza todo, hecho a andar con las manos en la espalda de estos dos. Alguien me empuja detrás, sin apenas darme cuenta paso por el arco y empiezo a correr... con cuidado un error puede costar caro. Nos metemos en el tunel y nos ponemos a gritar, la adrenalina a tope...

tras sortear a unos pocos, me pongo a correr sin problemas. Pierdo a lo lejos a las muelas voladoras, cada uno con lo suyo. Salí con la idea de ver que me pedían las piernas, los primeros 3 km me dio una media de 4.25. No he venido a eso, no he entrenado para esa ridiculez, así que subo el ritmo. Al paso del km 5 ya estaba en 4.15 de media. Me saco la camiseta qeu tenía de calentamiento y la tiro en el puesto de avituallamiento, hace fresquito, pero se que pronto se me pasará. El tiempo al final respetó. Los km empiezan a caer, a eso del km8 y todavía en la Cartuja alguien grita mi nombre, era Fernando del corte inglés, me da animos.

Miro el parcial y voy a 4.15, chequeo y todo ok. Aun con el miedo en el cuerpo, paso por la barqueta en el km 10, mucha gente animando, cojo agua y vaso de acuarius, el cual me lo echo enterito en el ojo derecho, jeje.

De prontro, un tío del CD botellines de Dos Hermanas se gira y me pregunta si iba a 3horas, le digo que si, ya lo había decidido desde el km 5, tenía que intentarlo. Me animan a ir con ellos. Gran idea al final. Les digo que no quiero hablar mucho que pierdo fuelle, pero que me pueden hablar lo que quieran, que era mi primer maratón. Uno de ellos, un chico del norte, me comenta que llevaba 12 maratones de asfalto y otros tantos de montaña, así que me dió mas confianza engancharme de ellos. El de Dos Hermanas era tambien novato.

Se nos engancha un grupo de unos 6 corredores de todos lados, un montamos un buen grupo. Me empiezo a aprovechar del grupo, pongo piloto automatico y me resguardo. Iba rodao, sobre railes, la maquina perfecta. Pasamos el km 14 enuna hora justa, vamos en tiempo. Me despreocupo de mirar parciales, confío en el ritmo marcado por el grupo.

Pasamos la media maraton en 1h30. Perfecto. Las piernas y el cuerpo aguantan el tirón, la mente aún sin atormentarme con paranoias ni agobios. A correr que es a lo que hemos venido.

Se descuelga el de Dos Hermanas en el 23 y mas adelante sin darme cuenta un par de ellos mas. Llegamos al 28, en 2 horas clavadas, subidón. Voy mejor que antes, pensando ya en que punto podré subir algo el ritmo, pero me controlo. Llego al 32, el muro, que muro??? ... yo no veía ningun muro, seguía genial en mi ritmo, con tan solo 2 compis, los otros se quedaron hace tiempo.

Y de pronto en el km 33 un pequeño calambre en el isquio. Buf... no le hecho cuentas. Pero en el 34 se me cogen los 2 isquios a la vez, ostiaaaaaaaaaa!!!! esto que es... bajo el ritmo a 4.30....

Llega el 35 y los calambres son constantes, me paro 3 segundos a estirar. Empieza el infierno.

Ya desde ese momento hasta la llegada, no puedo alargar la zancada, los pinchazos son dolorosos, y a cada momento se me agarrotan los isquios. La gente anima, un chaval de Córdoba me anima al pasar al lado mía.

Voy con los dientes apretados, sufriendo horrores, pensando que esto es el maratón, es lo que hay. No contaba con los calambres, de todo lo que me podía pasar, no conté con esto.

El ritmo es de 5/km, parecia que iba andando. El km 40 y 41, eternos. Para motivarme pensaba en el bocata que me iba a comer, no veía el estadio. Y de repente, ahí está, la puerta. Bajo la cuesta y el estadio está ahí. Queda media vuelta al tartán... el arco de meta parece qeu se aleja en vez de acercarse. Miro el reloj, venga, no es mala marca.

Cruzo la meta y paro el reloj en 3h 08... pienso en mis niños, mi mujer, mi familia.
El dolor de las piernas sale a flote pero me alivia el pensamiento de lo que he hecho... Estoy feliz... Orgulloso... Soy maratoniano. Me cuelgan la medalla. Lo conseguí, lo hice. Lo demás, es historia.


PD: falta Victor en la foto, se ve que se quedó con ganas de mas y salió pitando para Córdoba.